Los choques traseros son uno de los tipos más comunes de colisiones. A menudo son el resultado de conductores que los siguen demasiado de cerca o de conductores distraídos o que van a exceso de velocidad. De hecho, el 40% de las colisiones traseras no tienen ninguna aplicación de frenos, lo que refleja la distracción del conductor. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) descubrió que más del 80 % de los choques traseros podrían prevenirse con sistemas para evitar colisiones frontales. Por lo general, se considera que el conductor cuyo automóvil golpeó al automóvil de adelante tuvo la culpa.
El Sistema envía una alerta visual y sonora cuando detecta una colisión inminente con un vehículo o motocicleta delante, tanto en carretera como en zona urbana. El sistema emite una alerta hasta 3,0 segundos antes de una colisión, lo que da tiempo para reaccionar. La alerta FCW se basa en el cálculo del Tiempo hasta la Colisión (TTC) con el vehículo de delante, teniendo en cuenta la distancia a este y la velocidad de desplazamiento relativa.